El Obispo Gerald Barnes celebro su Vigésimo Quinto Aniversario Episcopal con una Misa diocesana multicultural el 18 de marzo en la parroquia de San Pablo el Apóstol en Chino Hills.
 La Misa inicio con una procesión de entrada que duro casi 15 minutos. La procesión incluyó a miembros de los Caballeros de Colón, de la Orden Ecuestre de los Caballeros y las Damas del Santo Sepulcro, y las Damas auxiliares de los Caballeros de San Pedro Claver.
 Diáconos permanentes de toda la diócesis, junto con sus esposas, también tomaron parte de la procesión; seguidos por sacerdotes de casi todas las parroquias además de los seminaristas.
 El Obispo Barnes también fue acompañado por una docena de sus hermanos obispos incluyendo al Obispo Emérito Phillip Straling, el primer Obispo de San Bernardino, Arzobispo José Gómez de Los Angeles y el Obispo Auxiliar Emérito Rutilio del Riego. Los otros obispos que concelebraron fueron el Obispo Richard Garcia de Monterey, el obispo Emérito Robert Brom de San Diego, obispo auxiliar Thomas Curry de Los Angeles, obispo auxiliar Alexander Salazar de Los Angeles, obispo auxiliar Edward Clark de Los Angeles, obispo auxiliar David O’Connell de Los Angeles, obispo auxiliar Myron Cotta de Sacramento, obispo auxiliar Emérito Gerald Wilkerson de Los Angeles y obispo auxiliar Emérito Dominic Luong de Orange.
 Cuando finamente entró el Obispo Barnes a la iglesia, la congregación lo recibió con un gran aplauso.
 “Él quería de la Misa se enfocara en el pueblo y no en él mismo.” Explico la Hermana Jeremy Gallet, SP, Directora de la oficina diocesana de Culto Divino. “Él realmente deseaba que fuera una celebración visible de la diócesis y su pueblo, y es por eso pidió la participación de tantas personas y que estuvieran presentes todos los grupos étnicos.”
 Representantes de cada grupo étnico en la diócesis se vistieron con los colores que representaban sus culturas y juntos bailaron una danza litúrgica acompañados por tambores y música de piano mientras el coro cantaba “Akwaaba! ¡Bienvenidos!”
 Banderines con los cuatro valores centrales diocesanos fueron llevados al altar por católicos locales que enmarcan las virtudes de reconciliación, compartir la fe, colaboración y hospitalidad durante la procesión. La hermana Gallet dijo que eso fue otra petición especial del Obispo Barnes.  Durante la liturgia, la comunidad Tongana llevo el Evangelario hacia el altar. Un niño sentado en una silla cubierta con una tapa ceremonial tongana elevaba el libro mientras miembros de la comunidad tongana cargaban la silla hacia el altar y el coro cantaba un cantico tongano a capela. Las lecturas se leyeron en vietnamés, indonesio, español e inglés.
 El Obispo del Riego dio un tributo al Obispo Barnes durante la homilía que se presentó en inglés y español.
 “Hoy es un día para recordar, para traer a la mente y corazón aquellas experiencias que el Señor te ha brindado al vivir tu ministerio como obispo,” dijo el obispo del Riego. Hoy es un día para dar gracias por las innumerables bendiciones que la diócesis ha recibido por medio de ti, y las que tú mismo has recibido.”  Se leyeron oraciones en español, africano, samoano y vietnamés durante las peticiones.
 Representantes de la comunidad africana llevaron hacia el altar un mantel color morado tejido a mano para la ocasión.
 “El mantel fue hecho a mano en un pueblo local en Ghana para esta celebración. No se utilizó ninguna maquina entonces se llevó meses en hacerlo,” explico David Okonkwo, Director del Ministerio Diocesano para Católicos de Descendencia Africana. “Queríamos demostrarle a nuestro Obispo lo mucho que lo queremos y lo tanto que apreciamos el don de su espiritualidad.”
 A concluir la Misa, el Obispo Barnes le agradeció a todos por celebrar su aniversario.
 “Hace veinte y cinco años llegue y no conocía a nadie,” él dijo, “Hace veinte y cinco años llegue y ustedes tampoco me conocían, pero creo que llegamos a ser una buena pareja.”
 Después de la Misa, el Obispo Barnes dedicó tiempo para saludar a muchos visitantes que llegaron de alrededor de la diócesis esperando en una larga línea para felicitarlo por su vigésimo-quinto aniversario.
 “Él me conoce desde que yo era un bebé,” dijo Junior Pome’e, miembro de la comunidad Tongana. “Significa mucho para mí y mi familia el poder estar presente. Es un honor estar aquí.”
 Viviane Nguyen, quien represento a la comunidad vietnamita durante la danza litúrgica, reconoció el trabajo del Obispo Barnes en su propia comunidad. “Él nos ha visitado y hemos hablado con él y significa mucho para nosotros,” dijo Nguyen. “Fue la manera en que habló con nosotros sobre como los jóvenes deben de formar parte de esta nueva etapa. Fue muy impactante.”
 La hermana Marilu Covani, SP, quien trabajó en la Oficina de Culto Divino por 18 años antes de retirarse en el 2015, también llego para celebrar: “Tuve el honor de trabajar con él durante todo este tiempo entonces para mi es una alegría el poder estar aquí,” dijo la Hermana Marilu. “Sé que él ha hecho un trabajo maravilloso para la diócesis, entonces el poder ver como lo celebramos hoy en día y como nos damos la bienvenida unos a los otros es impresionante.”
 Una convivencia alegre se llevó a cabo después de la Misa en el jardín con mariachi, comida al lado del Obispo Barnes, su familia y sus amistades.

Malie Hudson es escritora y vive en Riverside.