Heredia__Dcn_Fernando.jpgEn la bendita noche del viernes, 2 de octubre de 1992, en la pequeña ciudad de Coachella, al sur de California, un joven Obispo Auxiliar ayudó a la gracia de Dios para hacerla llegar a cuatro nuevos diáconos ordenados para la Diócesis de San Bernardino. Veinticinco años más tarde, nosotros, la comunidad de la Diócesis de San Bernardino tenemos una hermosa celebración multicultural en honor a los 25 años de servicio amable de nuestro Obispo Gerardo Barnes.


 Me atrevo a alardear de ser de la primera generación de diáconos permanentes ordenados por Monseñor Barnes, cuando él era el obispo auxiliar de nuestra diócesis. Nos ordenó, el 2 de octubre de 1992 en Coachella, California. Cuando el Obispo Barnes llego a la Diócesis de San Bernardino como obispo auxiliar toda la comunidad diocesana sintió como Dios nos bendecía con la llegada del Obispo. Cuando llegamos a conocerlo más de cerca, descubrimos que hablaba español, entonces toda la comunidad de habla hispana sintió su amor. Sin embargo, su amor dio alcance a todas las diversas comunidades y grupos étnicos que forman parte de nuestra bendita diócesis.
 Hay muchas cosas por las cuales le agradezco a Dios por el Obispo Barnes: su amor a Dios, el que recuerde mi nombre cada vez que nos vemos; su preocupación por los presos y la pastoral penitenciaria; su amor en asegurarse de que los católicos estemos informados, bien formados y que conozcamos nuestra fe; su pasión por el servicio y el ministerio; su amor por la inclusión; su amor por la unidad en la diversidad; su amor por celebrar la Eucaristía con un toque especial que nos mantiene a todos unidos. El Obispo encarna su lema episcopal, “Amar es entregarse”, olvidándose de sí mismo, buscando lo que trae la felicidad a otros y comprende cuán hermoso es vivir en el amor.
 Quiero dar gracias a Dios por el Obispo Barnes y orar para que él continúe reflejando el amor de Dios a todos nosotros.
 Señor Obispo que el Señor lo guarde, lo proteja, lo guíe, que siempre le dé su infinita Misericordia, le de paz y le dé su amor.

El Diácono Fernando Heredia ejerce su ministerio en la Parroquia Nuestra Señora de la Soledad en Coachella.