por Petra Alexander

La pandemia de coronavirus atrae y engancha a otras crisis. Ya hemos experimentado la crisis económica, las consecuencias tremendas de desempleo con el cese de numerosas actividades económicas, culturales  y comerciales. Pero una crisis en la Salud Mental es la siguiente bandera roja que ondea en muchos ambientes. Según la Organización Mundial de la Salud, hay tres factores principales: el aislamiento,  la pobreza, y el manejo de la ansiedad/depresión.  La combinación de estos factores provocó insomnio, depresión, nerviosismo,  violencia doméstica, adicciones, abuso sexual y sobre todo la tasa de suicidio. Kaiser Permanente reportó que desde abril se dispararon las llamadas de auxilio en sus líneas de apoyo.

 

Hemos visto que la cuarentena se afronta de muy diversa manera cuando se conserva un trabajo, se goza de cierta solvencia económica, se tiene salud… Aún contando con estos beneficios, el virus generó un estado de ansiedad hacia el contagio,  un sentimiento de fragilidad al saber de conocidos, amigos o familiares que enfermaron e incluso murieron. En el caso de personas que ya tenían otras crisis, que sus estados emocionales o sus relaciones humanas ya estaban afectados, la pandemia fue “llover sobre mojado”.  Si a esto se suma que tenemos poca información acerca de las enfermedades mentales, que mantenemos la negación de “no necesitar ayuda mental, eso es para otros”  el temor al estigma pone doble candado para salir adelante.

 Cuando una persona se recupera de una fractura o de un accidente, los especialistas dan cierto tiempo para recuperar el brazo o miembros afectados. Dicen al paciente con firmeza: tienes 6 meses, para hacer terapia y que los movimientos y habilidades retornen a la normalidad. En términos de salud mental, entrar en depresión o en ansiedad y no atenderse, no significa que el malestar pasará o sanará solo. Sino que la enfermedad avanza a una zona de mayor complejidad. Por eso, se puede quedar atrapados en estados de ansiedad, depresión, neurosis permanentes. Personas que tienen la bendición de un seguro médico deben aprovecharlo y quienes no, nuestros dos condados cuentan con ayudas. La ventanilla de salud del consulado puede ayudarle refiriéndole a algún servicio gratuito cerca de donde Usted vive. Recuerde que en este país, es el enfermo quien debe llamar y solicitar la ayuda, en caso de menores de edad, los padres o tutores.

 

Ayudemos todos en la recuperación de esta crisis, estemos seguros que viene un tiempo difícil porque las economías se levantan poco a poco. Estemos vigilantes al cuidar nuestro propio balance y el de nuestros familiares y amigos. Si estamos mejor que otros, es el tiempo de recordar las palabras de San Pablo: “Los fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, sin complacernos a nosotros mismos…” (Rm 15,1) Mientras encontramos la ayuda adecuada, debemos mantener nuestra vida de fe, participar virtualmente de nuestros grupos parroquiales, pequeñas comunidades o grupos de apoyo.  En este tiempo difícil, es importante hacer la llamada  a quienes sabemos están en mal momento, mostrando sincero interés, aumentar nuestras oraciones y sobre todo, compartir de lo que tenemos, seguros de que Dios ama y multiplica la dádiva del que da con alegría (2a Cor 9,8). Romper el silencio y expresar que necesitamos ayuda se vuelve poderosa.

 

Recursos: 

Consulado Mexicano Ventanilla de Salud

Apoyo para Salud Mental por el Departamento de Salud Conductual del Condado de San Bernardino