El mes pasado, la Diócesis organizó su Reunión Anual de Vicariatos Combinados. Las reuniones este año fueron virtuales, y los participantes incluyeron clero, empleados y ministros laicos. Hubo dos reuniones separadas, una para la Región Pastoral de Riverside y otra para la Región Pastoral de San Bernardino.

Este año, las reuniones se centraron en el Sínodo sobre la Sinodalidad, una iniciativa de la Iglesia a nivel mundial cuyo enfoque es escucharnos los unos a los otros y caminar juntos como Iglesia.
Las Reuniones de Vicariatos Combinados comenzaron con una sesión general para todos los participantes transmitida en vivo por YouTube. Al comienzo de la sesión, el Vicario Episcopal-el Padre Rafael Partida para la Región Pastoral de Riverside y el Padre Romy Seleccion, M.S., para la Región Pastoral de San Bernardino, les dieron la bienvenida a los participantes.

La sesión general también incluyó música, el Coordinador de la Oficina de Culto Divino, Chris Estrella, dirigió una canción y el Director de la Oficina de Ministerio a Católicos de Ascendencia Africana David Okonkwo tocó en un tambor Africano.

Después, varios Católicos de la Diócesis representando categorías como jóvenes, jóvenes adultos, varias comunidades étnicas, clero, los ancianos y más dirigieron las plegarias de los fieles.

Luego, cada Región Pastoral tuvo la oportunidad de escuchar algunas palabras de parte del Vicario Foráneo de su vicariato. El Padre Anthony Dao, Vicario Foráneo del Vicariato de Hemet, dijo que “en general, el espíritu del Vicariato de Hemet es muy positivo…los fieles siguen haciendo la misión de Dios.”

El Padre Benedict Nwachukwu-Udaku, Vicario Foráneo para el Vicariato del Lado Oeste, también expresó una perspectiva esperanzadora a pesar de la pandemia. “Existe algo más allá de las realidades que enfrentamos hoy. Hay algo más grande que el COVID-19. Nuestro Dios está con nosotros.” dijo él. Los otros Vicarios Foráneos hicieron eco a los mismos sentimientos que el Padre Dao y el Padre Nwachukwu-Udaku.

La Hermana Leticia Salazar, O.D.N., la Canciller de la Diócesis, luego presentó a la conferencista principal de la reunión, la Hermana Nathalie Becquart, RSCJ, que dio la conferencia por medio de Zoom desde Roma. La Hermana Nathalie, consultora y subsecretaría para el Sínodo de los Obispos de la Iglesia Católica, se enfocó en la sinodalidad y el camino sinodal en su conferencia, en conexión con el lema general de las Reuniones de Vicariatos Combinados de este año.

Después de su discurso, la reunión se dividió en grupos pequeños de sesiones de escucha. Los asistentes tuvieron la opción de entrar en una reunión de Zoom donde pudieron escuchar las perspectivas de jóvenes, clérigos o ministros laicos. Cada sesión se desarrolló en forma de preguntas y respuestas, con un moderador que formulaba las preguntas y los panelistas respondían.

En respuesta a la pregunta de cuándo, si es que alguna vez, se ha sentido que no es bienvenido en la Iglesia, Tony Pimentel, Coordinador de Formación de la Fe de los Jóvenes en la parroquia de San Óscar Romero en Eastvale, compartió que en el pasado le habían hecho sentir que no era bienvenido entre otros líderes juveniles cuando ministraba a los adolescentes.

Una vez durante una reunión con estos líderes juveniles, Pimentel dijo que todo el mundo empezó a quejarse de él de forma hipercrítica por cosas que a él le parecían muy menores. “Sólo intentaba ayudar, y eso era lo último que esperaba de [la gente de la Iglesia]”, dijo él.

Pimentel continuó, hablando con honestidad, diciendo, “La Iglesia a veces me decepciona. La Iglesia durante la pandemia me decepcionó.” Aunque reconoce que la decisión de cerrar la Iglesia y otros ministerios durante el apogeo de la pandemia fue difícil de tomar, siente que las parroquias “podrían haber hecho más para tender la mano”.

“Cuando estuvimos en cuarentena y cerramos la iglesia, como miembro del personal, cuando hablaba con los feligreses, me rompía el corazón decirles que no estábamos presentes. Y de nuevo, no sé cuál era la acción correcta, pero se sintió como una falta de acción... Esa decisión de cerrar nuestras puertas, de no poder reunirnos y reunirse de esa manera, estamos viendo los efectos de esto en una iglesia que ya estaba disminuyendo antes de la pandemia”, dijo Pimentel.

La sesión de escucha por parte del clero abordó el mismo tema, de cómo prosperar como Iglesia en medio de los desafíos de la pandemia. El Padre Ian Hollick, Vicario parroquial en Santa Marta, Murrieta, dijo que la Iglesia necesita volver a tender la mano en lugar de utilizar el COVID como excusa para ser perezosa en su evangelización.

“No creo que [la Iglesia] está haciendo lo básico muy bien. Tenemos una declaración de la misión: ‘Vayan pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles todo lo que yo les he encomendado a ustedes (Mateo 28:19-20),” dijo el Padre Hollick. “Tenemos que asegurarnos de que [lo que hacemos] está en línea con el Espíritu Santo, no con lo que queremos hacer”, añadió.

Los panelistas del clero también compartieron sus esperanzas y sueños para la Iglesia. El Padre Francisco Gomez, S.T., Párroco de Nuestra Señora de la Soledad en Coachella, dijo que él esperaba que “el sentido de la familia se pueda cultivar mucho más... todos somos miembros de la misma familia humana”.

“Espero que esta pandemia que ha tocado al mundo entero pueda ser una experiencia purificadora, que hay algunas cosas que no forman parte de ser iglesia, que las dejemos ir”, añadió.

El Diácono John DeGano, asignado a Santa Catalina de Alejandría, Riverside y Vicario Foráneo Interino para el Vicariato de Riverside, dijo, “Sueño con una iglesia animada por la fe y el Espíritu Santo ... que significa salir y hacer misión y evangelización. Una iglesia acogedora... Tenemos que celebrar una iglesia de unidad y diversidad, compartir las buenas nuevas,” concluyó.