Por Elena Macias


La 16a Asamblea General del Sínodo de los Obispos, que incluye más de 350 delegados con derecho a votar de alrededor del mundo escogidos por el Papa Francisco, tuvo lugar del 4 al 28 de octubre, y uno de los delegados, nuestra Canciller la Hermana Leticia Salazar, no solo estuvo involucrada en las discusiones, pero pudo expresar sus propias experiencias sobre como crear una iglesia más sinodal durante una rueda de prensa de la Santa Sede.
“Pertenezco a una comunidad religiosa que es una comunidad internacional, la Compañía de María y he tenido el privilegio muchas veces de estar aquí en Roma en capítulos generales…pero hoy en esta experiencia, es diferente,” dijo la Hermana Leticia durante una rueda de prensa el 7 de octubre. “Es diferente porque no solo es con la comunidad religiosa, es con toda la iglesia, la identidad global de la Iglesia Católica. Es una experiencia maravillosa.”


Cuando inició el Sínodo, el Papa Francisco le recordó a la asamblea que el Espíritu Santo debería de ser el protagonista del Sínodo, nadie más, y llamó por la libre expresión y la escucha respetuosa de todos. Durante la rueda de prensa el 7 de octubre, que concluyó el primer segmento de la asamblea, “Para una Iglesia Sinodal,” la Hermana Leticia afirmó las palabras del Papa Francisco sobre las metas del Sínodo.


“En comunidad pedimos la luz del Espíritu Santo para poder realmente ver las voces que vienen de Dios. [Esto] requiere una escucha atenta a la palabra de Dios, una escucha atenta a las voces que se expresan en silencio, el compartimiento del uno con el otro, no solo basado en nuestra propia experiencia, pero basada en las muchas voces que hemos escuchado,” dijo la Hermana Leticia.


La meta de la asamblea en el primer segmento, que tuvo lugar del 4 al 7 de octubre, fue reflexionar sobre la experiencia vivida por el Pueblo de Dios de caminar juntos y enfocarse con mayor claridad sobre las características fundamentales y la conducta de una Iglesia sinodal.


La Hermana Leticia tocó este tema cuando se hizo la pregunta sobre la inmigración y la migración durante la rueda de prensa. La Hermana Leticia describió como ella y su familia emigraron a los Estados Unidos desde México cuando tenía 17 años y como fue la primera vez que conoció la Iglesia Católica [en los Estados Unidos].


“Cuando llegas a un nuevo país, la fe te sostiene, pero la Iglesia te da la bienvenida,” dijo la Hermana Leticia.


La Hermana Leticia luego tomó un momento para expresar como la Diócesis de San Bernardino tiene una larga historia de discernir sobre el tema de la inmigración y la migración.


“Ahora que trabajo en el liderazgo de la Iglesia este tema está muy cerca de nosotros, especialmente en la diócesis en la que soy Canciller. San Bernardino les da la bienvenida a inmigrantes de diferentes partes del mundo…nosotros en la diócesis tenemos una historia de discernir este tópico por más de 30 años, como ser una iglesia hospitalaria, como abrir nuevos caminos, no solo de una comunidad basada en la fe, pero también para que te puedas integrar a la vida en los Estados Unidos con tu familia y, escuelas y otros recursos que están disponibles,” dijo la Hermana Leticia.


Hacia el final de la rueda de prensa, la Hermana Leticia habló sobre un momento profundo que tomó lugar con una mujer de la diócesis al comienzo del Sínodo sobre la sinodalidad, cuando era difícil entender lo que era la sinodalidad.


“Estábamos en una sesión de escucha y esta mujer se puso de pie y dijo, ‘Pude experimentar la sinodalidad,’” dijo la Hermana Leticia. “’La sinodalidad no es un concepto, es una experiencia de ser escuchada, de ser incluida.’”
El Sínodo de Obispos comenzó sus reflexiones sobre el segundo segmento, “Una comunión que resplandece,” el 9 de octubre. Durante esta parte, la asamblea habló sobre la educación, el medio ambiente, el multiculturalismo y como caminar con los marginalizados y los migrantes.


“Resuena en nuestros corazones escuchar el grito de los pobres. En nuestra mesa, la cara del pobre, la migración, el tráfico de personas, la exclusión social en las periferias resonó fuertemente,” dijo la Hermana Gloria Liliana Franco Echeverrí, una religiosa Colombiana de la Orden de la Compañía de María Nuestra Señora, presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosas (CLAR) y un testigo del Proceso Sinodal, reportado por noticias del Vaticano.


La asamblea comenzó a discernir sobre el tercer segmento del Sínodo, “Corresponsabilidad en la Misión,” el 13 de octubre. Los tópicos incluyeron, el trabajo misionero, el diálogo interreligioso, LGBTQ+ y el papel de las mujeres en la iglesia.


Cuando se le preguntó en una rueda de prensa sobre LGBTQ+, reportado por noticias del Vaticano, la Hermana Patricia Murray, IBVM, la Secretaria Ejecutiva de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG por sus siglas en inglés) explicó que hubo discusión sobre como la Iglesia puede mostrar que está buscando perdón por las “heridas que se han causado.”


“Creo que, en muchas de las mesas, si no en todas, la cuestión del dolor, y las heridas de las personas tanto a nivel personal y colectivo se ha tratado y escuchado,” dijo la Hermana Murray. “Existe una profunda conciencia del dolor y el sufrimiento que se han causado.”


En la tercera parte, que tuvo lugar del 18 al 21 de octubre, la asamblea se enfocó en el tópico de “Participación, Gobernanza y Autoridad.” Algunos tópicos incluyeron la renovación del servicio de la autoridad; la práctica del discernimiento en común; la cuestión de cuales estructuras e instituciones “se alinean más con una Iglesia sinodal,” como las iglesias locales pueden trabajar juntas y el papel del Sínodo mismo en una Iglesia mas sinodal.


“Estos son asuntos delicados, que requieren un discernimiento cuidadoso,” dijo el Cardenal Jean-Claude Hollerich, el Relator General del Sínodo de los Obispos, reportado por noticias del Vaticano. “Son delicados porque tocan la vida concreta de la Iglesia y también el dinamismo de crecimiento de la tradición: un discernimiento equivocado podría romperlo o congelarlo.”


Durante los últimos días, del 23 al 28 de octubre, la asamblea formó conclusiones y propuestas basadas en discusiones en grupos pequeños y discusiones en la asamblea entera. Estas conclusiones ayudarán a delinear los pasos que se tomarán antes de la segunda reunión y la última reunión de la 16a Asamblea General del Sínodo de los Obispos, que se reunirá en el Vaticano en octubre de 2024.