¿Cuales son sus pensamientos esta semana en la que se prepara para celebrar su 23 aniversario como sacerdote?

Lo primero es un fuerte sentido de gratitud. Nunca sentí que merecía ser sacerdote. Es una gracia de Dios. Cada año que pasa es una oportunidad para decir “gracias.” Como dice la canción, “El Señor ha brillado sobre mí.” Sólo le pido a Dios que me de la fuerza para servirle y seguir adelante con mi ministerio.

¿Qué recuerda usted sobre ese día? ¿Hubo alguna parte de su Misa de Ordenación que fue especialmente impactante para usted?

Recuerdo que había mucha actividad y me sentía nervioso, claro. Cuando fui ordenado algunos de mis hermanos y hermanas y mi Madre pudieron estar presentes. Esto fue un gozo. Había un sentido de gratitud y realización que finalmente iba a poder hacer lo que había querido hacer por tanto tiempo.

Una cosa muy impactante para mí durante mi Misa de Ordenación fue cuando nos postramos en el piso durante la Letanía de los Santos. Era como si dijera, ‘aquí estoy Señor. Por tu gracia y tu poder, me has formado del polvo a esto.” Era una entrega total.

¿Puede recordar algo que alguien le dijo ese día que a usted le conmovió?

Me conmovieron todas las personas que se me acercaron y me dijeron, “puede darme su bendición.” Me tomaban de las manos y las besaban. Muchos amigos y familiares que me conocían- muchos se me acercaban y me decían, ‘gracias por decir, sí.’

¿Cuántos años tenía cuando primero empezó a soñar del día en que sería ordenado un sacerdote?

Tenía unos 12 o 13 años cuando primero pensé en ser sacerdote. Un grupo de seminaristas vinieron a mi parroquia y ofrecieron un retiro. Fueron dos semanas bellas de eventos organizados. Fue muy conmovedor. Yo pensé, ‘Me gustaría ser uno de ellos.’ Cuando entré en el seminario, no entendía todo lo que significaba ser un sacerdote. Fui comprendiéndolo poco a poco. No sabía si iba a llegar al final, a la Ordenación. Algo cambió, y cuando llegué a Chicago había madurado y entendía mejor lo que significaba ser sacerdote. Me estaba comprometiendo.

¿Qué tan importante es que el sacerdote tenga el apoyo y la celebración de la comunidad en la ocasión de su Ordenación y en los siguientes aniversarios?

Te levanta el espíritu saber que no todo depende de tí, uno es un representante. Me recuerda que necesito esas oraciones y ese apoyo para mantenerme firme. Las personas sí se preocupan por sus sacerdotes. Nos valoran por quienes somos y por el sacrificio que hemos hecho para ser esa fuente de apoyo espiritual para la comunidad. Hace que mi sacerdocio tenga mayor significado.